Los niños cuando llegan al primer grado de primaria se inician, formalmente, en la enseñanza de la escritura y lectura. Es en el colegio donde aprenden a escribir sus primeras palabras. El hecho de conocer un nuevo código de comunicación hace que se sientan estimulados por escribir a las personas más cercanas de su entorno: padres, abuelos, hermanos, amigos, profesores. Qué bueno que los alumnitos escriban cartas, notas o diarios porque encuentran que la escritura tiene una aplicación práctica y necesaria.
Sin embargo, muchos de esos pequeñitos irán perdiendo el interés por seguir escribiendo debido a la torpeza equina de más de un profesor o profesora que empezará a tachar con una gran cruz sobre la palabra que el niño escribió incorrectamente por un desconocimiento propio de su edad o el otro que empezará a colocar unas tildes enormes y despiadas sobre la vocal de la palabra. Y no solo esto, algunos criminales de la enseñanza le mandarán como castigo hacer las planas (escribir 100, 200... veces la misma cosa) por haber confundido la letra "s" por "c", o "b" por "v", por no haber colocado la tilde, por no haber usado el color rojo en la primera letra de la oración, por haber borrado y escrito, o por no sé qué otra nimiedad más que se inventan.
Acaso no se dan cuenta que no están dejando una tarea, están dejando una tortura porque no hay nada más estúpido e injusto que tener que hacer durante horas la maldita plana como si con ello el niño va a aprender a escribir correctamente. Con eso conseguimos que al niño le salgan callos en el dedo índice y que empiece a odiar con toda su alma todo aquello que signifique escribir palabras. Qué diferencia cuando escribe números porque ahí no existe el 1 en mayúsculas o el 2 en minúsculas o el 3 con tilde o el 40 con el primero número con otro color, ¿ven la diferencia?, la esencia de las matemáticas no se basan en cómo se escriben los números, sino en la capacidad operativa que lleve a desarrollar otras capacidades mentales. Así también la enseñanza de la escritura tiene como objetivo fundamental el desarrollo de la capacidad comunicativa a través de lo que signifique leer y escribir. La ortografía se aprende durante el mismo proceso de aprendizaje y dura muchos años, incluso los profesores cuando envían notas a los padres presentan problemas ortográficos porque son tantas las palabras y siempre se escapará una por más experto que sea. No desperdicie miles de horas dedicadas a la ortografía, dedíquelas a fomentar la escritura libre y espontánea y que ellos compartan sus experiencias y el profesor observará cómo van mejorando su ortografía.
"Querida familia quiero que esten felices yo también los quiero mucho los estraño mucho yo estoy felis estoy muy bien mi diente ya cresio Soy felis cón la mamita Zeny estoy bién..." (Yvonne, 6 años)
Estimula al niño a entender qué es el alfabeto.
Alienta a los niños a escribir por su cuenta; no tienen que preguntar cómo se escribe una palabra: no dependen de los demás.
Permite que escriban cuentos más largos y de mayor colorido; pueden escribir todo lo que dicen; escribir más = escribir mejor.
Permite a los niños aventurarse más allá de las palabras que saben leer; no están limitados a escribir solo las palabras que pueden leer; les ayuda a aprender a leer.
Ayuda a que el niño asuma responsabilidades respecto de su aprendizaje; controla lo que escribe y cómo lo escribe; hace suyo el sistema de escritura.
Permite una extensiva práctica fonética; los niños ensayan los sonidos correspondientes a medida que escriben.
No se olvide que nuestros alumnos tienen derecho a desarrollar su potencial creativo y comunicativo a través de la lectura y escritura. Así que si su alumno le escribe : "Felis navida mis la qiero mucho y qe dios la protega", siéntase doblemente feliz.
Gracias por leer
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