Hace 28 años que me convertí en una bruja, perdón, quiero decir que me convirtieron en una bruja porque ser una bruja real no depende de una, sino del Consejo Promotor de Brujas. Yo tenía 14 años cuando aparecieron como enviadas del Cielo y me llevaron al otro lado de la montaña. A mi padrastro le cortaron la lengua por haberme dicho cosas muy feas y, además, le cortaron las manos por haberme golpeado sin piedad durante muchos años.
Fui feliz desde aquel día porque las siete brujas del Consejo fueron muy buenas conmigo y me hicieron olvidar los momentos desagradables que me tocó vivir. Las siete fueron como mis madres y me enseñaron todos los secretos de la brujería avanzada y no las he defraudado porque hoy soy una bruja muy activa y tengo en mi haber más de siete mil hechizos inventados por mí. El último hechizo lo inventé esta mañana: es un perfume que les permite a los gatos no ser detectados por el agudo olfato de los perros y como verás muchas brujas nos convertimos en gatos algunas veces y eso ya nos da más tranquilidad para husmear por diferentes lugares.
Mucha gente cree que las brujas son personas feas, horribles, detestables, repulsivas, pero es todo lo contrario. Las brujas son muy bonitas – es que sabemos hacer unos hechizos de belleza que muchas comprarían a cualquier precio- y, además, son muy tiernas, amables, cariñosas y odian la injusticia. Lo único que hasta ahora nadie ha podido hacer es preparar un hechizo que pueda convertir a las personas crueles en personas de buen corazón. Es mi gran sueño preparar ese hechizo, pero hasta ahora nadie lo ha conseguido, mientras tanto solo nos queda seguir intentando y preparar otros que ayuden a las personas a no ser víctimas de tanta maldad.
Somos seres demasiado sensibles, por eso el magnetismo de la luna llena nos inunda de alegría y salimos a volar en nuestras escobas alrededor de ella, desde la medianoche hasta el amanecer. Por eso cuando quieras vernos, observa fijamente la Luna y verás desde tu ventana unos puntitos que van moviéndose lentamente en círculos. Volar en la Luna es una experiencia que no la puedes encontrar en ninguna parte de la Tierra; ahora entiendes porque a las personas se les dice “Estás en la Luna” cuando no se acuerdan de nada o cuando parece que no están en la Tierra.
Antes de que me olvide, quiero decirte que esas mujeres viejas, horribles, que hacen maldades y que la gente las llama “brujas”, en realidad no son brujas ni deben llamarse brujas. El verdadero nombre de ellas es “brujtas” o “brutjas” de donde salen los términos “bruto”, “bruta”, es decir, “sin entendimiento ni compasión”. Por eso, mucha gente cuando escucha la palabra bruja, inmediatamente piensa en lo que serían las brujtas o brutjas, lo cual no somos nosotras ni seremos jamás. Nosotras somos brujas y nuestro nombre se origina del término “brujlas” que significa “orientadoras y salvadoras”, de allí que los marinos le llamaron “brújula” a ese aparatito que los guía en el día o en la noche y los lleva a salvo a su destino.
¿Y sabes a qué me dedico, cuando no hago de bruja? Aunque no lo creas, soy la directora de un colegio nacional, aquí en la Selva. Hay muchos padres que adoran a sus hijos, pero también hay muchos padres que maltratan a sus niños y cuando no cambian de actitud yo le aviso al Consejo Promotor de Brujas para que intervengan y salven a esas criaturitas y castiguen a sus desalmados padres. A los varoncitos les buscamos un hogar donde los quieran demasiado y a las niñas las adoptamos como a nuestras hijas y con el tiempo se convertirán en brujas buenas como yo, y a ti ¿cómo te tratan?
FIN
Manuel Urbina
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