lunes, 11 de febrero de 2008

CUANDO EN UN PAÍS NO SE LEE

¿La calidad de la educación de un país está relacionada con la lectura?

La calidad de la educación está relacionada con la lectura, pues es importante el dominio del lenguaje oral y escrito y para el dominio del mismo es importante la capacidad de lectura y escritura. Es verdad que todas las personas pueden leer y escribir en una etapa básica o mínima, pero de allí a poder leer con placer y entendimiento textos académicos o de investigación hay mucha diferencia. Millones de personas acuden a tomar clases, cada día, pero la gran mayoría no ha desarrollado su capacidad lectora lo cual solo les permitirá terminar una carrera para poder tener un trabajo y sobrevivir y no podrán tener todos los beneficios intelectuales-económicos que te da el ser un buen lector.

¿Qué son alfabetos funcionales?
Se llama alfabetización al proceso que consiste en enseñar a leer y a escribir a las personas. Cuando esta ya sabe leer y escribir es considerada “alfabeta”, en el caso que no haya aprendido a leer y a escribir será llamada “analfabeta”. Hoy en día en la mayoría de los países latinoamericanos se está venciendo al analfabetismo, sin embargo, están aumentando exponencialmente la cantidad de “alfabetos funcionales”, esto es, personas que sabiendo leer no leen, sabiendo escribir no escriben. Este grupo ha estudiado los niveles primarios y secundarios, incluso el nivel universitario, pero al no leer y escribir actúan como verdaderos “analfabetos”. Sin embargo, tal como ya se les está clasificando, se convierten en “alfabetos funcionales” porque en el sistema educativo no busca el desarrollo de lectores autónomos o lectores que leen por el placer y gusto de leer; por el contrario el sistema educativo ha visto en la lectura solo un instrumento para el estudio y punto.

¿Con qué tipo de libros se forman los buenos lectores?

Para formar buenos lectores se debe leer libros que le produzcan satisfacción y gusto durante el acto de la lectura. Los libros adecuados no son los libros de textos o los libros con preguntas, tareas y cuestionamientos. El buen lector podrá llegar –durante todo el proceso que dure la lectura placentera- a leer libros de texto y a sacarle mucho provecho, pero para eso se requiere que su iniciación en la lectura sea un acto de felicidad. Por el contrario se tiene la idea equivocada que el alumno no debe usar la lectura como un acto de placer porque, sencillamente, -dicen- es inmoral y no debe tener cabida en un centro de estudio. Con esta idea tenemos, pues, un número creciente de “alfabetos funcionales” o “neoanalfabetos”.

BIBLIOGRAFÍA:

Felipe Garrido, “Estudio versus lectura” (Ponencia presentada en el Seminario Internacional Qué y por qué están leyendo los niños y jóvenes de hoy, celebrado durante la XIX Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil,México- noviembre de 2001)

REFLEXIONES

La educación es un fracaso en la medida de que la competencia lectora y escrita no se desarrollen. Para ello se debe desterrar una serie de mitos como aquel que sostiene que se debe leer para aprender cosas útiles y no se debe leer para conseguir placer, alegría o felicidad - cuando es todo lo contrario.

Tener competencia lectora significa haberle encontrado sentido al acto lector y ello hace que el alumno se pueda acercar a los libros de textos y encontrarle un valor intrínseco para su formación y desarrollo. La lectura no se aprende a través de la imposición o amenazas disimuladas –como se ve en la mayoría de centros educativos-, si no a través de la imágenes que reflejan los profesores: leen constantemente, hacen comentarios sobre las obras que están leyendo y muestran una tremenda emoción cuando hablan de sus lecturas, les leen a sus alumnos, traen libros y le permiten al alumno mirar y sentir lo que es un libro, dan muestras de honestidad, respeto y de ser buenos amigos.

El profesor debe conversar mucho con los alumnos e iniciarlos en el mundo mágico de la lectura, de a poco, de menos a más y sistemáticamente, porque es muy fácil mandar a leer y a sacar preguntas y conclusiones cuando él mismo ni siquiera ha podido demostrar en la práctica su competencia lectora. En otras palabras, el profesor debe ser el principal modelo de lectura para sus alumnos, después de él vendrán los alumnos con unas ganas superlativas de seguir sus pasos, de lo contrario, solo estaremos fomentando lectores mecánicos, resentidos y amargados.

Gracias por leer

MANUEL URBINA

prolector@hotmail.com

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