viernes, 15 de febrero de 2008

LA HORTOGRAFIA EN EL KOLEJIO

Hoy se sabe que nuestros niños leen muy poco y escriben peor. Cuando se habla sobre este tema aparecen muchos culpables: el hogar del alumno, su colegio, el Estado, la comunidad, el gobierno de turno, los gobiernos anteriores, y un poco más incluyen a la selección de fútbol.

Lo evidente es que el niño aprende el proceso de la lectura y escritura en el colegio, entonces ¿seremos los profesores los principales responsables de esta tragedia nacional?, pues veamos:

-Acaso los profesores no convertimos la hoja del cuaderno donde el niño nos presenta su composición –emocionados al comienzo-, en una hoja llena de cruces rojas que indican que está mal... y aún peor, algunos desalmados profesores, escriben la tilde que faltó colocar con una raya de diez centímetros o más que incluso traspasa la hoja.

-Acaso los profesores de los primeros grados no creemos que la ortografía es la esencia del curso de comunicación, como si el requisito para comunicarnos a través de la palabra escrita fuese el tener una perfecta ortografía cuando se tiene 6, 7, 8, 9..., añitos.. Esto es como si un niño de dos años que está aprendiendo a hablar dijese "pátano", "maiposa", en vez de "plátano" y "mariposa", y que su mamá o papá lo reprenda y le ponga mala cara por "haber hablado incorrectamente”. ¿Qué crees que pasaría en el bebe? Pues, la respuesta es que nunca más va a querer hablar, salvo un sí o un no.

-Acaso esta frustración no es lo que les ocurre a los niños cuando se le corrige con reglas que ni el mismo profesor las conoce a profundidad, y que no es lo esencial en la
escritura porque la verdadera esencia es la capacidad comunicativa, lo otro es el cascarón que poco a poco se va internalizando como consecuencia de la práctica que resulta ser el mejor método de aprendizaje. ¿Tendrá deseos de escribir el niño en el futuro?.

-Acaso los profesores no usamos las amenazas y chantajes para que el alumno aprenda la reglas ortográficas. El alumno, claro que las aprende, pero maldiciendo y odiando a todo aquello que implique palabras impresas. ¿Tendrá ganas de leer en el futuro? Al respecto, Gabriel García Márquez , en el Primer Congreso Internacional de la Lengua, en 1997, dijo:
"Jubilemos la ortografía, terror del ser humano desde la cuna: enterremos las haches rupestres, firmemos un tratado de límites entre la ge y jota, y pongamos más uso de razón en los acentos escritos, que al fin y al cabo nadie ha de leer lagrima donde diga lágrima ni confundirá revolver con revólver. Y que de nuestra be de burro y nuestra ve de vaca, que los abuelos españoles nos trajeron como si fueran dos y siempre sobra una". ¿Por qué lo habrá dicho, no?


-Acaso no sabemos los profesores que esas benditas reglas cuando son excesivas en vez de ayudar al estudiante, lo confunden y complican el nivel ortográfico que tanto les a costado conseguir. ¿No sería mejor que el alumno aprenda las reglas ortográficas a través de la práctica misma? ¿Escribir sus vivencias, sus sueños, sus deseos, la forma cómo nos ven, etc., no sería más productivo? ¿Aprender a escribir no sería mejor si escribe libremente y sin tensiones como si se debe colocar una "s", "c","z", "x"?

- Acaso los profesores no nos hemos olvidado de leer delante de nuestros alumnos y comentar con ellos sobre el autor, el tema, si es interesante, y usarlo como una fuente de motivación permanente. ¿Cuántos libros nuevos o usados compramos al mes? ¿Hemos terminado de leer siquiera uno de esos libros? Somos campeones en pedirles
que lean obras literarias cuando nosotros con las justas leemos esos diarios vergonzosos de s/. 0.50 que pomueven los abortos, la brujería, la prostitución, violencia, etc., y ni siguiera leemos las noticias trascendentes, sino las de espectáculos y las que he mencionado. ¿Qué buen ejemplo damos, no?

Por todo ello creo que es hora de cambiar nuestros viejos paradigmas y prepararnos para enfrentar este reto de revertir la pobreza lectora y escritura en nuestro país. Cómo se dice “manos a la obra” y empezar este proceso por nosotros mismos a través de la investigación que es tan abundante, hoy en dia, en la Internet y en algunas bibliotecas especializadas, y ponerlas en prácticas inmediatamente porque si no somos parte de la solución, somos parte del…



Gracias por leer.

Manuel Urbina

prolector@hotmail.com

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