Nuestros hijos son nosotros mismos en proyección. Por eso, nuestros familiares al percatarse de ello nos dicen constantemente: "Tiene los mismos gustos que tú", "Es tan soberbio como tú", "Es tan educada como su madre", "Es una gran lectora como tú"... Es verdad, nosotros somos sus modelos más perfectos que pueden existir y no hay padre o madre mejor. Nuestros hijos nos imitan porque significamos para ellos la máxima perfección.
Cuando nuestros hijos no leen más allá de lo que se les exige en la escuela es porque nosotros no estamos dando muestras de que leer es importante y agradable. Existen otros factores que pueden dificultar el desarrollo de las habilidades lectoras, pero -en mi experiencia- nunca he visto que en un hogar en donde los padres fomenten la lectura, los hijos no desarrollen ese gusto y la actitud favorable por leer.
Cuando leamos, no le pidamos a nuestros hijos que se retiren y nos dejen tranquilos, porque entonces el libro sería visto como un objeto distanciador al que se le da más importancia que a ellos. Podemos aprovechar ese momento para hacer un comentario sencillo e interesante de lo que estemos leyendo y buscarles un cuento o una historia para que lo lean o, sencillamente que nos acompañen. ¡¡¡Se sentirán tan importantes!!!
También podemos visitar librerías, bibliotecas, ferias de libros, imprentas, la sección libros en los supermercados, y comprar -no se olvide- algunos libros tanto para el menor como para nosotros.
Bueno, les dejo con este vídeo que dice mucho sobre lo que significa leer.
Gracias por leer
Manuel Urbina
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